Me enamore de tu voz y de tus ojos con color indeterminado. Me enamore de tu cabello claro y tu piel blanca, me enamore de como me miras y como me sonríes aunque el mundo este a punto de acabarse. Me enamore de tus abrazos, de tu risa tonta y de las marcas que se forman al rededor de tus ojos cuando me sonríes, me enamore de tus palabras y tus contradicciones. Me enamore de tus ideales y tu pensamiento. Me enamore de la forma tímida en que me hablas cuando estamos solos. Me enamore de tus costumbres raras y hasta de tus expresiones fuera de lugar. Me enamore de tu forma rápida de caminar, de tus facciones fuertes y tu ceño fruncido cuando estas enojado. Me enamore de tu liderazgo y de que no te importe lo que los demás digan.
Me enamore tonta e inesperadamente, como nunca lo había hecho: sin control.
Porque después de haber escuchado cuatrocientas versiones de la misma historia, prefirió creer en la mía.