Es ese aroma que tanto nos gusta, el de hojas recién abiertas y tinta fresca dispuesta a ser leída y sentida.
Huele a atardeceres sombríos junto a unos brazos que por fin van a abrazar en vez de rechazar. Huele a historias nunca vividas y experiencias hasta ahora vacías. Huele a besos sin cesar y caricias sin explorar. Huele a sonrisas vivas y miradas introspectivas.
Huele a un nuevo y dulce aroma que se puede resumir en un "tu y yo".