Hoy te extraño, tanto como si no te tuviera.
Hoy te siento a cien mil kilómetros de distancia, aunque tu nariz este rozando mi clavícula.
Hoy no estamos solos.
Hoy estamos tu, yo y lo que se interpone en la distancia de nuestros fríos cuerpos.
Hoy te pienso, te pienso y te extraño como si esas dos emociones estuviesen amarradas con un hilo.
Hoy me provoca dejar de mirar esos ojos que tanto me enamoran, o dejar de besar esos labios tímidos que tanto me conocen.
Hoy desatare esos sentimientos amarrados con el hilo.
Mañana me iré,
así no más.