viernes

Noches tranquilas.

Reposaba en la mecedora a la luz de la luna, con una tasa de te hirviendo mientras miraba como la poca gente pasaba por la calle oscura que atravesaba el frente de su casa.
Pensó en todo lo que hizo y lo que pudo hacer durante ese fin de semana. -¿Y si lo hubiera besado?-pensó en voz alta y frunció el ceño como si no estuviera arrepentida de no haberlo hecho. Era aquel tipo que siempre la confundía. Un día estaba al otro no y ella se estaba cansando. -Mejor dejar que las cosas fluyan- lo dijo como si estuviera hablando con alguien a través de la ventana.
Se quedo inmóvil por unos minutos mientras del pequeño pocillo salia humo sin cesar.
En la calle hacia frio y era una noche tranquila. Un hombre de traje cafe y corbata vino tinto pasaba en ese instante con el paso acelerado. Tenia en una mano un maletin y en la otra un periodico. Se detuvo casi en la mitad de la calle, la cual estaba desabitada de cualquier automovil, y miro fijamente su reloj por unos cuantos segundos.
-Que ridículo traje-gruño la chica. -Y a propósito- pensó, -¿Que hora es?-
11:11, se reflejaban en el reloj digital que alumbraba los números rojos como el semáforo en la calle. Y como un relámpago sin previo aviso un nombre vino a su cabeza. Si, el nombre de EL.
-Te lo dedico S- y la tinta se acabo en ese instante.