domingo

Ella no existe.

Ella no tiene rostro, ni ojos marrones o verdes, ni nariz puntuda o chata, ni cabello corto o largo, ni es morena o rubia, ni alta o baja. Entre tanta oscuridad ella no existe.

Alice caminaba lentamente, no se podría decir si en realidad era hacia atrás o adelante, no lo sabía, solo caminaba por inercia.
Tenía tanto miedo que sus manos sudaban en medio de un lugar en donde no existía el clima. Había una puerta o algo parecido a ello, no se podría decir si en realidad estaba a la izquierda o a la derecha, solo estaba en algún lugar.
El piso era de madera, se lo aseguraban sus zapatos negros. Y Alice caminaba, suave y temerosamente sobre este piso, mientras estiraba sus brazos en frente suyo para intentar tocar algo. 

Pero Alice nunca toco nada, solo siguió caminando, siempre suave y temerosamente, pero nunca llego a la puerta, nunca la toco o la sintió.