sábado

Corre lobo tonto.

Erase una vez, un lobo que intentaba matar, pero lo único que hacia era auto-destruirse a si mismo. 

El lobo odiaba con todas sus fuerzas a la mayoría de personas que lo rodeaban, pero este lobo no podía arrancarles uno a uno sus flácidos y delgados brazos para después ir a votarlos en un basurero, no, el no era capaz.
¡No lo sigas haciendo, cada vez que te impidas a ti mismo apretar el gatillo te destruirás un poco más, más, y más. La envidia de corrompera más, más, y más. El odio te pudrirá más, más y más. Todo este asqueroso mundo te comerá más, más y más!
Pero pequeño lobo tonto, ¿cuando comprenderas, que antes de apretar el gatillo solo debes olvidar las cosas buenas de la vida?
Porque cuando veas la sangre de tu caperucita derramada en el piso y chispeada en tu hocico, una parte de ti se habrá ido junto con la bala que dejo escapar el arma.
Esa parte de ti, nunca, nunca, nunca más. Volverá a existir.


Corre lobo tonto, corre, que caperucita esta detrás de ti.