martes

Hace frio.

Sentados en una banca en medio de la noche la chica se sentó junto a el.
-Hace frio. Murmuro la chica con una voz fina y delicada.
-Es cierto, todo el día a estado así, en algún momento se ira. Respondió el chico con voz presente pero con mente ausente.
Aquella chica titiritaba y su piel cada vez se veía un poco mas blanca. Lo miraba de la manera en que un pequeño mira a su madre al nacer, viendo o no viendo sus ojos se posaron en el de manera abrumadora.
-Que haces aquí, en un lugar tan frio y tan recóndito como este.
-Ni siquiera yo lo se, he estado vagando por muchos lugares pero hay algo que me aferra a este lugar hace unos cuantos días. Dijo el chico escapando de la mirada abrumadora de la chica.
-¿Y que es lo que te aferra?- Produjo su voz dulce.
-Aun no lo se, pero dime, que haces tu... en medio de la noche sentada en una banca hablando con un desconocido, yo podria ser un asesino en serie o algo por el estilo.
-¿Acaso lo eres?
-No, es obvio que no lo soy.
-Por esa razon no tengo miedo, solo frio.
-Vete. Murmuro el chico con voz gruesa.
-Pero... ¿por que?
-¡Que te vayas! ¡Vete ahora! ¡Tengo mucho por hacer! ¡Me distraes!

El chico se paro rápidamente de la banca y se marcho, sin sospechar que la extraña aberración que tenia hacia ese lugar era ella, su hermana.